Descubrí cómo nos fue tras un año de habilitar el colegio Heinfried Wolfgang Kress

Nace con Cristina

Al vivir en Kressburgo, alejados de cualquier institución educativa, los padres de Cristina Kress decidieron construir una escuela en medio del bosque, donde su hija y otros hijos de colaboradores pudiesen educarse. Cristina, en aquel entonces una niña, fue el motivo para iniciar lo que hoy se constituye en un fuerte compromiso del Grupo Kress: la educación.

Lo que hace 25 años era una pequeña escuela que iba habilitando grados a medida que Cristina avanzaba en sus estudios, en la actualidad se constituye en un moderno edificio educativo de 3 pisos llamado “Heinfried Wolfgang Kress”, en honor a su padre. En marzo este renovado edificio cumplió 1 año. Pero más allá de los cambios de infraestructura, la mayor alegría es la implementación de un programa educativo innovador que permite que todos los niños y jóvenes de Kressburgo reciban su formación académica allí.

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Se transforma en un proyecto educativo innovador

“La educación es la base del desarrollo”, Cristina Kress

Desde el 2018 a este año habilitamos el 7mo., 8vo. y 9no. grado, hasta llegar a un bachiller técnico en Mecatrónica. Todas estas inversiones están dando sus frutos, como la representación de nuestros alumnos (el equipo Frutitech) en la competencia del Mundial de Robótica en EE.UU.

La comunidad valora el contar con una infraestructura educativa de primer mundo, lo cual incluye: una biblioteca pública totalmente amueblada con materiales reciclados; salas de laboratorio, auditorio, aulas nuevas y sistemas educativos totalmente digitalizados de vanguardia.

Innovación y respeto por la naturaleza

A parte de la innovación de la robótica y los laboratorios, los chicos también aprenden danza, artes plásticas, 4 idiomas (castellano, guaraní, alemán e inglés), en un contexto rodeado de vasta naturaleza y muy familiar, como es Kressburgo. El colegio Heinfried Wolfgang Kress está situado en el Departamento de Itapúa, distrito de Carlos Antonio López.

Si bien la escuela cuenta con toda la tecnología disponible, nuestros alumnos aprenden desde temprana edad el respeto e importancia del cuidado del medio ambiente, a través de aprendizajes en la huerta orgánica, hasta principios de conservación de bosques y el ecosistema.

Como empresa, invertir en un colegio para muchos puede no resultar tan rentable, pero la visión de Frutika como va más allá de las rentabilidades a corto o mediano plazo, sino de invertir en un futuro con calidad, no sólo de productos, sino de talento humano, capacitado, con una mentalidad de innovación y respetuoso por el cuidado del medio ambiente.